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Urge crear una identidad única, virtual y legítima. Una cédula de Internet, una especie de pasaporte de La Tierra para que en la World Wide Web nos podamos individualizar.

La cyiberdelincuencia no solo está en el ámbito del robo de datos, de los ataques a sistemas o el secuestro de información a través de malwares. Se es un criminal cuando se usa un nick en las redes sociales para vilipendiar; para crear fake news o tristemente cuando un grupo de adolescentes se agavilla en una plataforma para humillar a una compañera por ser gorda, fea y no cumplir con los patrones estéticos de sus atacantes.

La sociedad ya no soporta un mundo así. La libertad de expresión que signa a Internet no puede estar enmarcada con la tela negra de la irresponsabilidad. Los casos de cyberdelitos se apilan y con el pasar del tiempo crecen las arrumas de expedientes en los departamentos policiales.

Muchos quieren ayudar y es por ello que desde distintas instancias solicitan con urgencia que la comunidad tecnológica se aboque a la creación de un patrón de identidad única; virtual y legítima que extermine al anonimato y ponga freno a delitos que concluyen en pérdidas patrimoniales; deterioro de la salud mental y dolorosamente a veces en una nota suicida.

Recientemente finalizó en la ciudad de Las Vegas, Nevada, Estados Unidos, la Cumbre CA World 2017 que auspicia la empresa CA Technologies. El tema de la identidad única digital; se presentó en ese foro como una de las soluciones a futuro de la fábrica de software moderno un elemento que se ha convertido en el eje fundamental de las empresas que aspiran a conquistar la red.

Las noticias para Latinoamérica no son alentadoras en torno a tecnologías de identificación. De manera precaria se muestran algunas que ya son de uso añejo en países tecnológicamente más avanzados.

La digitalización está obligando a los empresarios y a los Estados/Gobierno a enseriarse en materia de ciberseguridad; un término holístico que no se circunscribe a evitar la vulnerabilidad de los servidores. Sino que involucra la transformación del modelo de negocios y de las instituciones; pensándolos en digital. Como una manera de “asegurar” la permanencia en el tiempo de su actividad económica o gubernamental.

Se protege el anonimato

En relación a la usurpación de personalidad jurídica, el tener una identidad única digital va a ser crucial. En nuestro país hemos sido testigos de la proliferación de dispositivos de reconocimiento.  El sensor más común es el dactilar, usado por nuestro Registro Electoral, hasta en los supermercados. Aún no hemos visto de forma popular sensores de reconocimiento por intermedio del iris o una foto, que en la actualidad funcionan como una identificación para acceder a bóvedas bancarias, salones de bioseguridad, farmacéuticas o para cobrar ganancias en casinos virtuales.

Sin embargo la misma fuerza con la que se avanza en el cuido de la seguridad en el mundo de los negocios, no es la misma con la que los gobiernos crean diques legales y tecnológicos para la protección de la individualidad.

En casi todo el mundo, pero con especial énfasis en América Latina y/u otros regiones en condiciones inferiores en materia de instrucción académica, sus ciudadanos no comprenden la real dimensión del lo que significa el mundo virtual. Nuestros ciudadanos se enfrentan al gigantesco entramado de negocios que han monopolizado pocas empresas de tecnología, con la inocencia de creer que sus diseños están suscritos solo a intenciones de entretenimiento.

Ningún ciudadano en las cercanías de nuestras márgenes geográficas asume en lo íntimo o se anota en lo social a debatir sobre en cuáles condiciones queda la “libertad”, ni cuestiona la impunidad del anonimato garantizado que ofrecen las redes sociales.

La ley es para los analógicos «Identidad única virtual»

En contraste si usted llega como informante a un medio tradicional a decir que una tercera persona es un infractor y lo señala con nombre y apellido, el comunicador social está en el deber de solicitar una copia de la denuncia ciudadana hecha sobre la transgresión en un organismo competente. Debe además hacer un registro de la identidad de la fuente, una documentación fotográfica de la pieza periodística y señas de localización del declarante para futuros contactos. Con todas estas precauciones, si el comunicador resulta ser víctima de un fraude, solo se libraría de penas mayores establecidas en los códigos penales, pero sería condenado éticamente por no haber contrastado con otras fuentes la especie recibida.

En cambio en la red uno pude hacer “lo que le dé la gana”…. Literal. Pueden crearse cuentas falsa haciéndose pasar por ti. Pueden ingresar a una plataforma; con el uso de seudónimos y a través de ella vilipendiar a quien se quiera. Se pueden divulgar informaciones falsas y crear campañas falsa para acabar con la integridad de un enemigo. Y en la mayoría de los casos, estos laboratorios se realizan porque detrás existen cuantiosas sumas de dinero.

Pos si esto fuera poco, dejamos como ejemplos los ejemplos de la “Ballena Azul”, “Pedro Responde”, “Operación 7”, “San Andreas”, “Drogas Auditivas” y la red social “Tinder” que se ha hecho famosa entre los jóvenes por la divulgación de retos.

Esto sin obviar el océano de “sitios” que incentivan la anorexia, la bulimia y lo promiscuidad, entre muchas conductas. La libertad de tránsito que tienen contenidos sobre violaciones, peleas callejeras, homicidios, cadáveres mutilados tras un accidente de tránsito, robos que se divulgan desde dispositivos personales y entran en los móviles de niños y adolescentes sin restricciones. Peor aún, sin la posibilidad de acceder a la fuente original; que los publica para hacerlos blanco de acciones legales esesadilla de millones de padres. Repetimos la pregunta: ¿Este es el mundo digital donde deseamos vivir?.

El dinero habla siempre

Frente a estos terrores el panorama sigue siendo desalentador. Un informe de CA Technologies divulgado este año y elaborado a partir de entrevistas a 1.770 ejecutivos de 21 países indicó que la inversión en la transformación digital aumentó en 37 % la facturación de sus compañías y reducido en un mismo porcentaje la cuenta de gastos. Sin embargo el detalle sobre el desarrollo de una identidad digital única está relegado a un segundo plano.

«La identidad va a ser un factor fundamental. Cada vez más sensores como el pulgar, el iris o una foto servirán como una identificación»; para acceder a un determinado servicio. Pero, por razones económicas y de poder el desarrollo de una identidad única y virtual tendrá siempre un bajo presupuesto.

Sabemos que la WWW  World Wide Web, nació para proteger el anonimato; como espacio para que los ciudadanos expresen sus ideas frente a la opresión que una dictadura pueda infringirles.

En muchos casos tiene sentido común la protección de la identidad cuando se denuncian intereses oscuros que bloques de presión ejercer para generar injusticias.

Es hasta entendible que se requiera prescindir de una identificación para narrar casos de torturas, privaciones ilegítimas de la libertad; violaciones a los derechos humanos y tantas atrocidades que a diario suceden y se fomentan a lo largo del planeta Tierra. Pero la pregunta es:

¿Qué pasa cuando quien usa la Red Mundial lo hace para desplegar mentiras, destruir moralmente a personas, echar al piso reputaciones de corporaciones o inducir a los niños al suicidio?

¿Qué piensas frente a esta verdad sobre la libertad total en las redes? ¿Es o no necesaria una identidad única virtual?

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