Los pasajeros de los primeros puestos del bus, pudieron escuchar claramente lo que le pedía el hombre al chofer. “¿Varón, si me das un permisito para hablar de la criptomoneda de Facebook?” El conductor lo miró un poco extrañado pero consintió en que entrara porque simplemente es la costumbre. Era un charlero.
“¡Ante todo, buenos días señores pasajeros!”, dijo con voz potente al abordar el bus. En lugar de responder, los pasajeros lo miraron como si se tratara de su primer encuentro con un charlero. Su presencia fue recibida con sorpresa porque desde hacía rato habían desaparecido del mundillo de los transportes públicos. En un tiempo fueron personajes imposibles de evadir en Venezuela. Constituían un componente físico más del vehículo, como los asientos o el espejo retrovisor. Pero un buen día ya no estaban. Daba la impresión que todos hubiesen acordado volverse humo. Este charlero agarró a todos por sorpresa.
“¡Lo cortés no quita lo valiente, la buena educación por delante señores pasajeros!¡Buenos días!” Era un grito, una orden rabiosa que esta vez si fue respondida por los pasajeros con un vigor forzado. En realidad, aún no estaban seguros si se trataba de un vendedor urgido o de un atracador. O una mezcla de ambos.
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El charlero, que rondaría los veinte años, observó a su audiencia en silencio por unos segundos. No llevaba ningún bolsito como es lo usual en ellos. Se veía serio y algo ceñudo. “No se asusten que no ando pendiente de sus teléfonos o de sus cadenas. Yo no vine atracar a nadie. Soy un padre de familia que se ha visto en la necesidad de salir a la calle a ofertar un producto.” A pesar de su aclaratoria nadie se sentía tranquilo.
La criptomoneda de Facebook en un bus
“En el día de hoy, un grupo de jóvenes estamos informándole al público sobre una criptomoneda. Como ustedes sabrán una criptomoneda es una moneda virtual. No es como la que usaron para pagar el pasaje. La que me refiero usa un cifrado digital, una criptografía fuerte, para realizar transacciones sin necesidad de intermediarios.”
Los pasajeros no daban crédito a lo que estaban escuchando. Era completamente bizarro toparse con un charlero hablando de algo tan complicado. Los que estaban antes vendían caramelos, ungüentos, bebidas o cualquier baratija. En los casos más complicados pedían para una operación o el temido entierro de un compañero delincuente caído.
“A pesar de que existen varias criptomonedas, hoy yo les estoy presentando Libra, la criptomoneda de Facebook.” Con esta última palabra, los pasajeros sintieron una bocanada de normalidad. Al fin un término familiar.
“Lo que se intenta con ella”, continuó el charlero, “es disponer de una moneda sencilla y global. Una moneda con una infraestructura financiera que empodere a miles de millones de personas.
Lo que la distingue de las demás
Ustedes se preguntarán que hace a Libra tan especial y yo se lo voy a explicar sencillito, señores pasajeros. Existen 1.700 millones de adultos fuera del sistema financiero. Ellos no pueden acceder a un banco tradicional. Pero el caso es, señores, que 1.000 millones de ellos poseen un teléfono celular. Además de eso, casi 500 millones pueden usar Internet. Entonces la criptomoneda de Facebook quiere mover dinero a cualquier parte del mundo…” En este momento su charla se vio interrumpida por el colector pidiendo la parada con el típico grito: “¡Déjalo!”
Al bajar el pasajero terminó la frase inconclusa.“Les decía que se busca mover ese dinero sin ninguna traba. Moverlo de manera tan fácil como enviar un mensaje de texto, sin importar dónde vivas, qué hagas o cuánto ganes.”
En este momento detuvo su discurso para ver el efecto que hasta ahora había causado. Su audiencia se veía ya un poco más relajada. Algunos aprobaban con la cabeza.
La del nombre bonito
“¡Y hasta es bonito el nombre! Libra como el signo zodiacal. ¡Levanten la mano los que son de Libra!” Una muchacha sentada en los asientos del medio se atrevió a levantar un brazo. “¿Verdad que es bonito mi amor? ¡Apuesto a que tú quieres probar con esta criptomoneda de Facebook!”
La joven asintió sonriendo y el charlero se sintió triunfante y poderoso.
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“Estas monedas funcionan con algo que se llama Blockchain. Eso en español sería más o menos como ‘cadena de bloques’. Rapidito y en cristiano, eso es un sistema para que ustedes tengan control de su plata. Ahí no hay intermediarios. Cada uno es gestor de los libros de su cuenta. Así de sencillo.”
Sabía que no contaba con mucho tiempo pues faltaba poco para la parada de la terminal. Como buen charlero tendría que imponerle velocidad a su discurso.
Respaldo de activos reales
“La volatilidad y la falta de escalabilidad de blockchains y criptomonedas actuales obstaculizan su uso masivo. Por esa razón quedan como reservas de valor o medios de cambio de escaso mérito. La criptomoneda de Facebook, en cambio va a estar respaldada por una reserva de activos reales. Por cada Libra que se cree, se mantendrá una canasta de monedas y activos en la Reserva de Libra. Esto a su vez, generará confianza en su valor intrínseco.”
En ese momento irrumpió en el ambiente una canción del Gran Combo de Puerto Rico que dejó inaudible al charlero. Se trataba del colector que había encendido el reproductor y ya comenzaba a bailar solo en el pasillo.
“¡Menor por favor bájale volumen ahí! Dame un chancecito que ya voy a terminar!” A estas alturas, los pasajeros se sentían solidarios con el muchacho que hablaba raro pero que era interesante. El colector sintió que estaba solo en su aventura musical y optó por apagar el aparato.
También Calibra
“Facebook adicionalmente ha creado una filial para gestionar las transacciones de los usuarios. Se llama Calibra, la cara visible de Facebook para el uso de Libra. Calibra es una billetera digital que se podrá usar para ahorrar, enviar y gastar en Libra. Será una plataforma de pagos para Facebook, Messenger y WhatsApp que existirá como aplicación independiente en iOS y Android.”
Ya el bus estaba dando la curva que anunciaba la proximidad de la última parada. El charlero, con algunos atropellos en la dicción, apuró el fin de su discurso.
Información para ganarse el pan
“Esta criptomoneda de Facebook aun no está disponible señores. Pero lo va a estar pronto y es bueno que se enteren de una vez. Eso es muy triste andar perdido con estas cosas de dinero que de pronto cambian todo. ¡Cuánto gente no he visto sufriendo porque le dicen que tiene que pagar algo por internet! Y ustedes se preguntarán por qué yo ando diciendo todo esto. Señores, muy sencillo, porque yo me dedico a informar cosas relevantes. Hay mucha información pero la que importa no llega a todos. Ese es mi trabajo. Estaré pasando por cada uno de sus asientos para que me ayuden con lo que salga de su humilde corazón. Recuerden, hoy por ti, mañana por mí. Que tengan un retorno a casa y que Dios los bendiga.”
