Guerra, 5G e IoT causó terror en entrevista con gente de IOTA.
José Yabarana, según se escuchó, era el nombre de la persona que atendería el editor jefe de la importante página web dedicada a la difusión de contenidos editoriales.
Durante un pequeño resumen, que a solicitud de la asistente del impresor digital todos debieron hacer, Yarabana narró que la organización que representa era dueña de una experiencia exitosa en telemedicina, y con alguna dificultad fonética aseguró que se trataba de la primera tentativa “e-health” que había hecho una diferencia en términos de asistencia médica en el estado Amazonas.
En la sala aguardaban tres personas. Era un espacio abierto donde un enjambre de módulos daba puesto a periodistas que estaban permanentemente cableados a un dispositivo. Podía adivinarse quien escuchaba música, quien atendía a datos y los que jugaban con el botón review/foward.
Una persona en particular llamó la atención de los extraños. Sobre un puesto iluminado por bulbos de lumen amarillo, un hombre mayor reía a carcajadas viendo un monitor en el que Sputnik TV mostraba el reporte del lanzamiento del misil hipersónico ruso Avangard.
La fuerte risa del hombre ya maduro, calvo, de camisa arremangada y corbata relajada, era apuntalada por ráfagas de rumores que llegaron a sus predios acompañadas por compañeros de trabajo que se agolpaban frente al televisor de 55 pulgadas.
“El misil hipersónico burla al escudo estadounidense THAAD”, “la carrera de armas de destrucción masiva volvió a la escena”, “Avangard viaja a 27 mach”, “tiene un hermano menor muy certero llamado Tsirkon”, “los rusos tomaron la delantera”.
Las risotadas del veterano no paraban, y ayudado por una tos tabáquica creó un silencio en su pequeña audiencia a la que dijo: Si algo tiene a los estadounidenses dispuestos a la guerra, no son lo misiles rusos, ni las supuestas intensiones nucleares de Irán y mucho menos el Estado Islámico.
Tras breve pausa, una voz aventurera hizo la pregunta que todos tenían en la cabeza: ¿Y contra quién irían los Estados Unidos a la guerra y por qué?… El adusto reportero carraspeó, ajustó sus pantalones por la pretina y soltó la respuesta: Irían a la guerra hoy mismo contra China. La razón es muy sencilla y hasta tienen el primer prisionero del conflicto. ¡El Gran Dragón sabe hablar con las máquinas y Huawei fue quien le enseñó el idioma!
Internet de las cosas – IoT, un testigo…
Una de las tres personas que estaban en la sala de espera para hablar con el editor jefe, era un representante de la Fundación IOTA, quien tragó grueso cuando a su lado pasó el corpulento señor que tras leer rápidamente las siglas de la carpeta que tenía en su regazo recibió como gesto cómplice una “picada de ojo”.
El remolino de periodistas se disolvió, los cables volvieron a reajustar la atmósfera y la tensión se mudó al cuerpo de Teobaldo, un experimentado Ingeniero de Sistema que intempestivamente reveló a todos que padecía del síndrome de las piernas inquietas.
Él sería el segundo en ser atendido. La puerta del señor Jameson se abrió, se juntó por unos segundos con su asistente. Miró al lobby y dijo: ¿Quién de los dos es el señor Teobaldo? El representante de IOTA levantó unos quince grados la mano derecha sudorosa. El señor Jameson le sonrió y comentó: “Teobaldo, ¿como el rey de Navarra?…
La dama que llegó primero fue la primera en traspasar la puerta que tenía un rótulo en letras pequeñas que traducía el cargo del señor Jameson como “chief editor”. Algo le decía a Teobaldo que el “viejo reportero” se detendría junto a él para conversar.
Repasó a gran velocidad mental que IOTA es un marco de código abierto altamente escalable que se centra en IoT. Recitó a sus adentros que IOTA no se basa en la tecnología tradicional de BC, sino que explota TANGLE, que es un BC sin bloques y mineros. En su lugar, IOTA aprovecha un gráfo acíclico dirigido DAG.
El avezado periodista reapareció en el pasillo. Su imagen recreó un vértigo en la humanidad de Teobaldo: ¿Guerra?, ¿Huawei? ¿Internet de las Cosas? Quienes recuerdan la escena aseguran que Teobaldo tenía los labios blancos y el sudor se le había concentrado a un centímetro del margen que dibujaba un pico de viuda en su frente. El hombre de la corbata relajada se detuvo frente a él y le ofreció la mano: Señor Teobaldo, es un gusto conocerlo, mi nombre es Alan Ramos. El señor Jameson dijo que conversara con usted antes de su junta.
Camino a la estación de trabajo el señor Alan le confesó al representante de IOTA que la verdadera razón por la que Estados Unidos le tiene miedo a Huawei era sencilla: Hoy día todo está conectado a Internet.
-¿Usted está de acuerdo con esa apreciación?
Teobaldo trató de desdibujar su rostro de sorpresa por uno de “afanoso interés”, haciendo tiempo para que el reportero siguiera la conversación, porque algo le decía que tenía gusto por los monólogos.
“Son puras estupideces, los aranceles de la soja, las restricciones al acero, la inequidad en el comercio exterior… estupideces, Estados Unidos busca ganar tiempo para poder emparejar tecnológicamente a su adversario, porque los chinos saben mucho de 5G y la próxima generación de tecnología inalámbrica es la que está alimentando las tensiones entre los EE. UU. y China”.
-¿Vio la del misil hipersónico?
Teobaldo asintió con la cabeza ya con algo más de sangre en el rostro.
“Son puras tonterías y un hombre de la Fundación IOTA puede entenderlo mejor en los bisoños compañeros míos. Es cierto que hubo un tiempo en que las dos grandes superpotencias del mundo estaban obsesionadas con la tecnología de armas nucleares, pero hoy en día el foco de tensión entre los EE. UU. y China, involucra la tecnología inalámbrica que promete conectar su tostadora a la web”.
Alan Ramos comentó a Teobaldo, que recientemente había accedido a un trabajo realizado por un periodista llamado Will Knight, que lo hizo colocar más firme su creencia de que existe seriedad y tensión bélica, que podría desatar un evento que los expertos califican como “guerra accidental”.
“Sin embargo no se trate de que alguien presione equivocadamente un botón y salga un cohete, no, no, no, el asunto está en que los dos países están envueltos en una guerra política contra la compañía china de telecomunicaciones Huawei… Y usted dirá por qué… la respuesta es muy sencilla, los estadounidenses han intensificado recientemente sus críticas, alegando que el gigante de la tecnología ha robado secretos comerciales, cometido fraude, y que tiene vínculos con el gobierno chino y su ejército, ajá, ¿qué dice a eso amigo?”.
Las nubes se disipan.
El ingeniero en sistemas advirtió que Alan era un filtro. El reportero estaba allí para que Jameson descubriera si iba a o no a perder su tiempo. Teobaldo estaba urgido en demostrar, no solo que sabía de iotas, tangle y asincronías, sino que conocía las implicaciones que ese conocimiento albergaba.
Teobaldo atajó el monólogo de Alan con fría cortesía. Abordó el tema, no solo con propiedad, sino que para sorpresa del reportero expresó sus coincidencias con lo divulgado por Will Knight, a quien reconoció como periodista de la MIT Technology Review. Aprovechó que puso en mute al periodista para exponer.
“Son muchísimos más que cinco las cosas que sobre la tecnología 5G pone en tensión a los Estados Unidos y a China, pero con todas coincido. Como escribió su colega, ‘5G se refiere a una variedad de tecnologías de red destinadas a trabajar en conjunto para conectar todo, desde autos que conducen por sí mismos hasta aparatos domésticos. Se espera que proporcione un ancho de banda de hasta 20 gigabits por segundo, suficiente para descargar películas de alta definición al instante y usar en tu smartphone realidad virtual y aumentada: Punto para China”.
Por otro lado, continuó Teobaldo, los chinos ya tienen en prueba redes 5G con frecuencias milimétricas mucho más altas que pueden transmitir datos a velocidades más altas. Cuentan además con transmisores distribuidos porcentualmente en casi todo el cinturón mundial de servicio y finalmente Huawei posee una tecnología llamada “dúplex completo” que aumentará aún más la capacidad de datos al permitir que los transmisores y dispositivos envíen y reciban datos en la misma frecuencia.
Al fin el reportero había enmudecido en serio. Los ademanes de Teobaldo y la quietud de Alan, alertaron a los curiosos periodistas. Algo interesante sucedía que atrajo a muchos a la estación del viejo redactor.
Teobaldo aseguró al igual que Will Knigth, que los miedos de los Estados Unidos podrían ser genuinos. Washington siente que los chinos le sacaron una ventaja colosal. “Los soportes 5G que en abundancia a desarrollado Huawei, reemplazan las conexiones por cable y abren la puerta para que se conecten y actualicen muchos más dispositivos a través de Internet, incluidos los electrodomésticos y las máquinas industriales. Incluso los autos autoconducidos, los robots industriales y los dispositivos hospitalarios que dependen del ancho de banda siempre presente y sin retrasos de 5G podrán ejecutarse sin ningún problema.
“Los investigadores en Europa ya han identificado puntos débiles en la forma en que se intercambiarán las claves criptográficas en las redes 5G, por ejemplo. Con tantos más dispositivos conectados, el riesgo de robo de datos y sabotaje, lo que la gente de ciberseguridad llama la superficie de ataque, será mucho mayor”, allí está otra de las razones del miedo.
El origen del miedo
El primal fear, como los estadounidenses dirían, es que “como el mayor proveedor mundial de equipos de redes y el segundo mayor fabricante de teléfonos inteligentes, Huawei se encuentra en una posición privilegiada para arrebatar la mayor parte de un mercado 5G que, según algunas estimaciones , podría tener un valor de US$ 123 mil millones dentro de cinco años”.
El periodista Alan interrumpió, ¿pero la pelea es por dinero u por poder?
-Tal vez sea por tiempo respondió Teobaldo…
Los ojos de todos escrutaron con desesperación al ingeniero en sistemas de IOTA afanados para que redondeara su respuesta.
–Tal vez Wlii Knight lo exprese mejor que yo. Él piensa que detener la expansión de la compañía en los mercados occidentales podría tener el conveniente efecto secundario de permitir que los competidores se pongan al día. Pero también hay preocupaciones de seguridad legítimas en torno a 5G y razones para pensar que podría ser problemático para una empresa dominar el espacio.
“El gobierno de los Estados Unidos parece haber decidido que es simplemente demasiado riesgoso para una empresa china controlar demasiada infraestructura 5G”.
De acuerdo al periodista del MIT el enfoque en Huawei tiene sentido, dada la importancia de 5G, la nueva complejidad y los desafíos de seguridad, y el hecho de que la empresa china está preparada para ser un jugador tan grande. Y dada la forma en que las compañías chinas son responsables ante el gobierno, las conexiones aparentes de Huawei con el ejército chino y sus operaciones cibernéticas y los vínculos más estrechos entre la industria privada y el Estado, esto parece una consideración legítima.
“Pero la lucha en curso con Huawei también muestra cuán vital es la nueva tecnología para el futuro de la competencia global, el poder económico e incluso la seguridad internacional”.
–¡Señor Teobaldo!, exclamó el señor Jameson que sorpresivamente se apareció en la escena…
-Pase a delante, es el momento de nuestra entrevista…
Fuente: MIT Technology Review