Las redes sociales en los jóvenes, resultan de un atractivo maravilloso; pues no sólo son plataformas de comunicación, sino que de algún modo se han convertido en un estilo de vida. Es bastante recurrente que estando en cualquier sitio, si miramos alrededor y notemos a los más jóvenes entre nosotros; podamos observar que la gran parte de ellos, tienen la sus miradas adheridas a la pantalla del celular.
Las redes sociales en los jóvenes son especialmente buscadas por estos; porque el funcionamiento de estas implica varias facilidades que producen satisfacción casi inmediata. La manera de interactuar con las demás personas en las redes conlleva a experimentar respuestas y recompensas rápidas.
La mayoría de las redes sociales, cuentan con plataformas de mensajería; que a su vez tienen funciones para notificar cuando se leen los mensajes que se envían; cuando están disponibles y cuando fue la última vez que estuvieron disponibles, entre otras cosas. Estas funciones pueden ser utilizadas como útiles herramientas; pero en ocasiones se convierten en catalizadores de control.
Las redes sociales en los jóvenes, impactan de un modo tan preciso porque, por ejemplo; cuando publican una fotografía personal y reciben “likes” o comentarios, esencialmente se está revaluando la identidad del usuario.
Publicar las cosas que nos gustan, compartir otras con las que nos sentimos identificados; interactuar con el contenido de nuestros amigos y que estos a su vez interactúen con el nuestro; nos posiciona entre la comunidad y cada vez que aportemos algo a esta, hacemos notar nuestra identidad.
[bctt tweet=»La adicción a las #RRSS es una nueva problemática entre los #jóvenes» username=»artech_digital»]
Las redes sociales en los jóvenes y en sus mentes
La mente humana procesa todos estos factores, como estimulantes; estimulantes que generan reacciones, que a su vez se traducen a satisfacción. Lo de arriba fue solo por sobrevolar las buenas cosas de los sitios web; pero hay modos en los que podría resultar menos agradable. Como cuando los comentarios son negativos y existe la presencia del cyberbullying.
Sin embargo la versatilidad de las redes sociales en los jóvenes, permite que estas sean adaptadas a los gustos y medidas preferidas por ellos. Lo que los convierte en espacios que en muchas ocasiones; están mejor adaptados para sentirse cómodos que en la realidad misma de su vida personal.
Debido a esto último, muchos prefieren pasar más tiempo en Facebook, Twitter o Instagram; viviendo a través de sus pantallas. Los jóvenes son especialmente más susceptibles a usar compulsivamente las redes sociales; pues su mente aún está en desarrollo y atiende mejor a los estímulos que producen satisfacción de manera rápida.
Se sabe que mucho de algo nunca es bueno; tratándose de las redes sociales hay que diferenciar entre abusar del uso y la adicción a estas. Sin embargo una cosa lleva a la otra; ya sabiendo porque se justifica el uso desmesurado de las redes sociales en los jóvenes; es importante saber que muchas veces, ese es el modo en que se concilia la adicción.
La medida en que la adicción puede ser considerada como tal; es cuando el usuario no puede mantenerse demasiado tiempo fuera de las redes sociales. La necesidad, o en ocasiones desespero, por estar “conectado” es uno de los síntomas de la adicción.
La abstinencia, presente en todos los cuadros de adicción, se hace presente cuando no hay disponibilidad de acceso a las redes sociales. Esto se traduce en cambios de humor repentinos, tanto como reacciones violentas o conductas depresivas (que no precisamente deba significar depresión).
Otro de los síntomas de adicción a las redes sociales es el aislamiento; en el que pueden incurrir muchas veces los jóvenes cuando están interactuando con las redes. Al estar pegados a la pantalla y se desconectan no solo de la circunstancia al momento; sino que dejan de compartir con su familia y amigos para estar frente a la pantalla.
Todos estos no son indicadores de alerta; son mejor encontrados como observaciones de conducta que se desprenden de una posibilidad psicológica.
Las soluciones para esta clase de adicción, no es necesariamente parecida a las adicciones por drogas. Se tratan de manera más sencilla; optando por tratamientos conductuales, donde se limita el tiempo de acceso a las redes sociales en los jóvenes. También se incentiva a que se encuentren otros focos de satisfacción; por medio del contacto social directo, que formaliza las habilidades de comunicación y desarrollo social de los jóvenes.
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